En
muchos países de tradición cristiana las fiestas de Carnaval se celebran antes
de Pascua. En todo el mundo hay carnavales famosos, como el de Río, el de Nueva
Orleans o el de Venecia. En España destacan por su importancia los de Cádiz y
los de las Islas Canarias.
En
España, las fiestas de Tenerife y Gran Canaria están declaradas de interés
turístico. Junto al Carnaval oficial, en el que participan más de cien grupos,
con numerosos componentes ataviados con disfraces alusivos a un mismo tema,
hay un Carnaval que se celebra en la calle, donde la gente baila durante toda
la noche al son de las orquestas. Hay concursos de disfraces, carrozas,
coreografías, comparsas y murgas. Además, se elige a la reina y a las damas
del Carnaval, que deben destacar por su belleza y original vestuario.
El Carnaval de Cádiz es también famoso. Seguramente
por la influencia de los mercaderes genoveses en el siglo XV, toma aspectos del
carnaval italiano, como los antifaces, las caretas, las serpentinas y el
confeti. Sobresalen, por su gracia e ingenio, los concursos de chirigotas:
coros que cantan coplas humorísticas acompañados de instrumentos musicales de
fabricación casera, tales como sartenes, cajas, botellas y pitos.
En Brasil el
Carnaval fue introducido en el siglo XIX. El baile más popular de estas
fiestas es la samba, una danza que mezcla ritmos africanos y portugueses. Las
escuelas de samba de Sao Paulo y Río de Janeiro trabajan todo el año preparando
el espectacular desfile de Carnaval, que se celebra en el sambódromo, nombre
que recibe el lugar donde, con gran éxito de público, tienen lugar los desfiles
de las escuelas de samba.
En Venecia, Italia, esta celebración tuvo sus comienzos ya en la Edad Media.
En el S. XVII la nobleza se disfrazaba para mezclarse con el pueblo. A partir de
allí se especializan en el uso de las más gráciles y refinadas máscaras. El
carnaval dura diez días. Por las noches se realizan desfiles de comparsas,
además de bailes de carnaval. Los disfraces más numerosos son los que las
vestimentas del siglo XVIII, caretas blancas, plateadas y doradas, ropajes
negros y sombreros de tres picos.
Muchos carnavales se terminan con el entierro:
un desfile fúnebre al que acuden personajes vestidos de negro en señal de luto
por el fin de las fiestas.
Datos obtenidos de http://www.encarnaval.com