
Dicha alimentación complementaria
se lleva a cabo mediante el uso de alimentos enteros que poseen unas formas y
tamaño concreto, siendo esto una alternativa a la alimentación triturada. Es
una forma de administrar una alimentación complementaria fuera de lo
tradicional y que le otorga al niño un papel más activo en su propia alimentación,
siendo éste quien a su vez, establece su propio ritmo de ingesta.
La adquisición de las habilidades necesarias para
desarrollar esta nueva técnica de alimentación se conforman alrededor de los 8
meses, por lo que si comienza con anterioridad a administrarles alimentos
enteros, es necesario compensarlo con la lactancia, convirtiéndose, la
lactancia materna, en el vehículo más adecuado para iniciar al niño en este
nuevo proceso.

- La adquisición de la sedestación.
- El uso coordinado de las manos para explorar y manipular objetos.
- La adquisición de funciones motoras orales adecuadas para manejar trozos de comida y ser capaz de realizar movimientos masticatorios (subiendo y bajando la mandíbula) para romper los alimentos blandos y movilizar lateralmente su lengua para mover la comida alrededor de la boca y llevarla a la parte posterior con el fin de tragarla.
Con este tipo de alimentación
aumenta la probabilidad de conseguir una mejor transición de la lactancia al
alimento sólido.
Podéis obtener más información en esta página.