Una de las mejores cosas que posee la profesión de docente es, sin duda, la interacción con los más pequeños y también con las familias. Hoy quiero hablaros de los reflejos y, más concretamente, del reflejo de succión. Hace unos meses, una mami me comentó que su hija, de 6 meses, continuaba realizando una especie de succión a pesar de comer con cuchara y todo tipo de alimentos triturados. Pues bien, de ahí nace este post y la siguiente explicación.
En primer lugar, entendemos por reflejo el movimiento que se activa de forma mecánica como respuesta a un estímulo que en los primeros tres meses de vida del bebé adquieren una especial importancia. Son movimientos a acciones innatas que no cuentan con una intención y que sirven para preparar al niño para desarrollar, posteriormente, una adecuada actividad motriz voluntaria, de lo cual desprendemos el valor que dichos reflejos tienen en el papel de supervivencia del ser humano. Además, gracias a ellos, podemos detectar posibles anomalías en el desarrollo del niño.
Es la conducta mecánica de chupeteo cuando un objeto roza
sus labios. Es un reflejo natural e innato, e decir, que no ha de aprender a
succionar cuando nace; realiza este movimiento desde el primer momento que se
le coloca el pecho o el biberón en la boca. Cuando el bebé alcanza los 3-4
meses de vida, es cuando se da cuenta de que puede controlar este movimiento y
de que puede realizar de forma voluntaria para adquirir conciencia de la
realidad y usarlo como vehículo para conocer el mundo que le rodea, además de
saciar y cubrir el objetivo y necesidad básica de la alimentación.
En primer lugar, entendemos por reflejo el movimiento que se activa de forma mecánica como respuesta a un estímulo que en los primeros tres meses de vida del bebé adquieren una especial importancia. Son movimientos a acciones innatas que no cuentan con una intención y que sirven para preparar al niño para desarrollar, posteriormente, una adecuada actividad motriz voluntaria, de lo cual desprendemos el valor que dichos reflejos tienen en el papel de supervivencia del ser humano. Además, gracias a ellos, podemos detectar posibles anomalías en el desarrollo del niño.
Pero no todo es tan sencillo. Estos movimientos son mucho
más complejos y existen diferentes tipos:
Hoy sólo os hablare de los reflejos primitivos que se
transforman en conductas voluntarias. Los más importantes en este primer
subtipo son el reflejo de prensión o de Grasping y el reflejo de succión.
Gracias
a este tipo de movimientos, el niño comienza a alimentarse y a interaccionar
con el mundo que le rodea. Alrededor de los 3 meses, es cuando comienza a
percatarse de la necesidad de ejercitarse y va adquiriendo estos reflejos como
conductas voluntarias que le ayudan a desarrollarse. Estos reflejos desaparecen
a medida que pasa el tiempo y si constatamos su presencia pasados los 8 meses
de edad, podremos comenzar a considerarlo como un signo de alarma.
¿Qué es el reflejo de succión?

En definitiva, encajamos el reflejo de succión en el grupo
de los reflejos que tiene el bebé desde que nace. Sobre los 3-4 meses de vida,
comienzan a realizarlo de forma voluntaria y, alrededor de los 7-8 meses,
desaparece. No os tenéis que preocupar de si el niños comienza a los 6 meses a
ingerir alimentos con cuchara y continúa realizando este moviendo, ya que es
algo normal durante la transición de la lactancia a la alimentación
complementaria.