
Cuando hablamos de la permanencia de un objeto nos referimos
a una habilidad que se logra cuando ponemos en marcha una serie de competencias
cognitivas que se desarrollan progresivamente. Este concepto surge a la edad de
los 8 meses y se refiere a la toma de conciencia de que los objetos y las
personas continúan existiendo aun cuando no se encuentran visibles.
En este ejemplo, el niño no puede comprender que la manzana
ha cambiado de sitio junto con el pañuelo a pesar de saber que se encuentra
escondida.
Como ya conocéis, la pedagoga Maria Montessori creó una gran variedad de material sensorial para los más pequeños y, para trabajar este habilidad, encontramos la denominada "caja de permanencia", con la que también trabajaremos la coordinación óculo-manual y otros temas como los colores o las formas geométricas.
Son cajas de madera con aberturas en la parte superior para introducir los objetos, los cuales se quedarán en el interior de la caja, en un cajoncito o se deslizarán hasta caer fuera. A continuación, os muestro algunos ejemplos de cajas de permanencia.