Actividad sensorial: Arco Iris de madera - Pedagogía Waldorf

La pedagogía Waldorf (de la que os hablaré más detalladamente en otra entrada), tiene como característica principal el conocer, de manera eficaz, la meta de su enseñanza, intentando con ella formar a seres humanos capaces de desarrollarse y desenvolverse en el mundo que les rodea de una forma idónea, trabajando así a través de los sentidos, la mente y el corazón de los más pequeños.
 
Dicha pedagogía, a través de sus métodos, actividades y técnicas, permite al niño estimular al máximo su pensamiento y creatividad. Un material propicio para ello, es el denominado Arco Iris, elaborado con madera y compuesto por los característicos colores de este fenómeno natural.
 


Con él podemos extraer infinidad de posibilidades y juegos, convirtiéndolo así en un puzle, en un encajable, en un juguete apilable, como base de construcciones... poniendo en marcha también el denominado juego simbólico.




 

 






Está encasillado como uno de los mejores juguetes para niños debido a las ya citadas múltiples posibilidades que podemos extraer de él y a la calma y tranquilidad que transmite a los niños. Actualmente, podemos encontrar en el mercado una gran variedad en referencia a los tonos y gama cromática y también a su tamaño.
Existe el arco iris gigante (90 x 46 cm) compuesto por 5 piezas, el arco iris grande (38 x 18 cm) compuesto por 12 piezas, el arco iris doble (23 x 27 cm), el arco iris mediano (19 x 9 cm) compuesto por 6 piezas y el arco iris pequeño mide (11 x 6 cm) compuesto también por 6 piezas.



Arco Iris gigante

Arco Iris grande


Arco Iris doble

Arco Iris mediano

Arco Iris pequeño


Otros modelos que podemos encontrar son los siguientes:



Es ideal para los más pequeños porque:
  • Favorece el desarrollo de su imaginación.
  • Puede adoptar múltiples formas de empleo y juego.
  • Es un juguete ecológico, sostenible y atractivo.
  • Está elaborado de forma artesanal con madera natural, lo que le aporta una alta durabilidad.
  • Se adapta al desarrollo evolutivo del niño, permitiendo con ello una renovación de su uso y finalidad.
  • Fomenta el juego libre, el juego simbólico y el pensamiento creativo.

Educativamente hablando, en el aula podemos trabajar con él infinidad de temas y les ayudará a:
  • Iniciarse en el orden, en el conteo, en las clasificaciones y agrupaciones.
  • Trabajar las seriaciones y degradaciones, así como las formas, colores y tamaños.
  • Desarrollar ciertas habilidades motoras.
  • Estimular destrezas y la coordinación óculo-manual.
  • Descubrir nuevas texturas y trabajar a través de los sentidos.
  • Favorecer la relajación, atención y concentración desde edades tempranas.
  • Aprender conceptos más complejos como el equilibrio o la simetría.
Mi experiencia con bebés:

Hace unos días decidí introducir en mi aula este material y el resultado fue muy positivo. Las actividades desarrolladas con él fueron todo un éxito y, a pesar de que se trabajaba con niños menores de un año, se podía observar esa calma que les transmite y sobre todo la capacidad de experimentación que intentaban mostrar. Utilicé el Arco Iris grande y, aunque algunas piezas eran de un tamaño considerable para ellos, las sujetaban y movían con total libertad y sin ninguna complicación. Realizamos clasificaciones, agrupaciones por colores, túneles para jugar con coches e incluso trabajamos el equilibrio colocando elementos sobre las propias piezas. Os adjunto algunas fotos del aula. Espero que os haya resultado muy útil esta entrada.