El
desarrollo de los bebés está completamente ligado a la experiencia e
interacción que poseen con su entorno. Dicha experiencia se transmite o
adquiere a través de los sentidos y una buena forma de estimularlos es a través
de las denominadas cestas de los tesoros.
¿Qué es
una cesta de los tesoros?
La
cesta de los tesoros, como su propio nombre indica, es una cesta o recipiente
que contiene, principalmente, elementos naturales y relacionados con el hogar (cucharas
de madera, botes, anillas de madera…).
Todos
los elementos que coloquemos en ella han de servir para estimular los sentidos
del bebé y ayudarle a investigar y experimentar nuevas sensaciones. Objetos con
sonidos, de diferentes formas, de diversas texturas… todo ello le resultará
atractivo a los más pequeños y harán de este juego la mejor manera no sólo de
disfrutar, sino también de aprender y explorar.
La edad
adecuada para realizarla
No hay
una edad exacta para desarrollar esta actividad. Podemos crearla y ofrecerle al
niño una cesta de los tesoros desde edades tempranas (3-4 meses). Tan sólo
hemos de saber adaptar el contenido e incluir en ella el material apropiado a
cada fase.
Pasos para hacer una cesta de los tesoros
En primer lugar y, como en cada actividad que os propongo,
ha de prevalecer la seguridad del niño, por lo que se han de llevar a cabo
siempre bajo la vigilancia de un adulto y habiendo comprobado uno a uno el
estado de cada material o elemento que coloquemos en nuestra cesta.
- Elige una cesta de mimbre para utilizarla como recipiente en la que colocar todos los objetos. También puede servir una caja de cartón pequeña.
- Colocar en nuestra cesta todos los elementos que deseemos, esencialmente de origen natural. Os recomiendo no incluir más de 25 objetos con la finalidad de no mostrar demasiados estímulos al bebé. Si disponéis de muchos elementos, podéis guardar algunos y pasado un mes o cuando veáis que el pequeño comienza a aburrirse, cambiarlos y realizar una rotación para atraer de nuevo su curiosidad y continuar con su estimulación sensorial.
- Elegir objetos en su mayoría naturales e intentar evitar el plástico o utilizarlo lo menos posible, dando prioridad también a elementos de diferentes formas y texturas.
- Asegurarse de que cada cosa esté limpia y de que tiene un tamaño considerable para evitar así el riesgo de asfixia.
- Realizar una rotación de los objetos cada cierto tiempo (ver cómo llevarla a cabo en este enlace).
- Colocar la cesta en un lugar visible para el niño, preferiblemente en su zona de juego.
- Sentarnos a su lado para observar cómo interactúa con cada elemento. Este hecho nos dará una pista sobre qué objetos le atraen más y nos ayudará a crear una cesta de los tesoros adecuada a sus necesidades y gustos.
- Permitir que el niño tome sus propias decisiones sobre qué explorar o manipular y qué realizar con el objeto que elija.
- Utilizar la cesta al menos una vez a la semana para otorgarle al bebé la oportunidad de estimular sus sentidos y fomentar su curiosidad y desarrollar la capacidad de exploración.
Contenido de la cesta e ideas
Son muchas las opciones con las que contamos a la hora de
crear nuestra propia cesta de los tesoros. Disponer de un material atractivo
para los niños es muy fácil y además podemos hacerlo a un bajo precio. Algunos
de los objetos que podéis incluir son:
Objetos naturales
- Piedras
- Conchas
- Plumas
- Corchos
- Bambú
- Frutas
- Piñas
- Palitos
- Hojas
- Flores
Objetos
metálicos
- Tapas de botes
- Latas o botes con elementos en su interior (similar a las botellas sensoriales)
- Llaves grandes
- Cadenas o llaveros (no de demasiada longitud. No han de sobrepasar los 18-20cm de largo)
Objetos de
madera
- Pinzas para la ropa
- Anillas
- Cucharas
- Espátulas
- Carretes
- Bolas unidas por una cuerda
- Cubos y bloques
- Vaso o tacita
- Huevos
Papeles
- Papel de cocina
- Papel higiénico
- Papel celofán
- Papel crespón
- Cartulinas
- Tarjetas
- Revistas
- Cromos