Ir cada fin de semana a la montaña, supone para nosotros no sólo la mejor manera de conectar con la naturaleza, sino también la mejor forma de pasar tiempo juntos.
Como ya os hemos comentado, vamos recolectando pequeños elementos naturales para crear nuestros mini mundos y uno de ellos son estas avellanas, un fruto muy característico del otoño.
Además de incorporarlas a nuestra bandeja sensorial, hemos creado esta sencilla actividad en la que trabajamos la motricidad fina y el movimiento de la pinza. Tan sólo necesitáis:
- Avellanas.
- Un dibujo de una ardilla.
- Una caja o un bote con una abertura pequeña.
La idea es ir dando de comer a nuestra ardilla su fruto favorito: avellanas. Nuestro peque ha ido introduciendo poco a poco cada avellana. Parece una actividad muy básica y simple, pero le ha gustado tanto, que la ha repetido una y otra vez.
Esperamos que os guste la idea.