El tema de las texturas siempre ha sido algo que nos ha costado en casa. Descubrir a través del tacto ha supuesto, en ocasiones, rechazo y enfado si se manchaba. Pero aún así, consciente de la importancia que tiene este sentido a la hora del aprendizaje, he continuado presentando a mi peque propuestas y mesas sensoriales hasta conseguir que él las demandase y disfrutase con ellas.
Os habla de esto porque la plastilina siempre ha estado presente, pero no era algo que le entusiasmaba. Ahora sí, y le ayuda a relajarse y a pasar ratitos de desconexión tranquilo.
Estas plantillas que encontraréis al final de la entrada, las diseñé para trabajar con plastilina y decorar nuestro abeto con tantas luces, bolas o adornos navideños como nos marca el propio número de abajo que, además, está también incluido el texto en mayúscula para establecer una asociación entre el número y su forma escrita.